La cola de caballo (Equisetum arvense) es una planta ancestral muy apreciada tanto en medicina natural como en agricultura ecológica. Su gran riqueza en silicio y minerales le confiere propiedades fungicidas y fortalecedoras de tejidos, lo que la convierte en un remedio eficaz para prevenir enfermedades fúngicas en cultivos, como el oídio o el mildiu. Si quieres aprovechar estos beneficios, en este post te explicamos cómo hacer purín de cola de caballo.
Cada vez más personas optan por preparar sus propios extractos vegetales para cuidar sus plantas sin recurrir a productos químicos agresivos. Entre ellos, el extracto de cola de caballo destaca por ser uno de los más usados y efectivos. En este artículo nos centraremos en cómo elaborarlo correctamente, paso a paso, para obtener un preparado de calidad, seguro y funcional. También te daremos claves para conservarlo bien y evitar errores comunes.
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Toggle¿Qué es el extracto de cola de caballo?
El extracto de cola de caballo es un preparado líquido obtenido a partir de la maceración controlada de esta planta en agua, generalmente por decocción o fermentación leve, y cuyo objetivo principal es extraer sus principios activos para aplicarlos posteriormente sobre cultivos.
No debe confundirse con otros preparados como:
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Infusión: se vierte agua caliente sobre la planta y se deja reposar brevemente. Más suave, con efecto limitado.
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Decocción: la planta se hierve durante varios minutos, liberando más principios activos.
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Purín: fermentación prolongada (10-15 días), de acción más fuerte, pero también más oloroso y delicado de aplicar.
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Macerado: remojo en frío sin fermentación ni calor, usado en usos más específicos.
El extracto que aquí nos interesa es una decocción conservada, es decir, una forma estable, eficaz y fácil de aplicar para reforzar las defensas naturales de las plantas y prevenir enfermedades fúngicas.
¿Por qué la cola de caballo es un fungicida natural?
La eficacia fungicida de la cola de caballo radica en su alta concentración de sílice (dióxido de silicio), presente tanto en forma soluble como insoluble. Este compuesto fortalece la pared celular de las plantas, mejorando su resistencia natural frente a ataques fúngicos como:
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Oídio
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Mildiu
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Roya
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Botritis
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Antracnosis
Además del silicio, contiene ácidos fenólicos, flavonoides, saponinas y sales minerales (potasio, calcio, magnesio) que actúan como refuerzos del sistema inmune vegetal y dificultan el desarrollo de esporas. La acción no es tanto curativa como preventiva: refuerza el tejido vegetal para dificultar la penetración de hongos y crea un entorno desfavorable para su desarrollo. Por eso, es clave aplicar el extracto antes o en las primeras fases de la infección.
Existen estudios oficiales que han evaluado la acción del extracto de cola de caballo como fungicida, como es el informe SANCO/12386/2013, donde se establecen, dosis, especies sobre las que aplicar y otras recomendaciones para atacar a ciertos hongos.
Receta paso a paso: haz cola de caballo para tus plantas
Una vez vista la utilidad de esta sustancia, pasamos a enumerar los pasos a seguir. Qué vas a necesitar para tu preparado de cola de caballo:
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100 gramos de planta seca de cola de caballo (o 500 g si es fresca)
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1 litro de agua por cada 100 g de planta (puedes escalar según necesites)
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Olla de acero inoxidable o esmaltada
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Colador fino o tela
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Botellas opacas o de vidrio para conservar
¿Puedo usar la planta seca, fresca o fermentada?
Sí, puedes usarla en las 3 formas, y cada forma tiene sus ventajas dependiendo del resultado que se busque:
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Planta seca: Es la más utilizada para extractos fungicidas por su estabilidad y concentración. Se puede dosificar mejor y conservar por largo tiempo. En Bioky, realizamos nuestro extracto de cola de caballo con planta seca.
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Planta fresca: Tiene mayor contenido en agua y algo menos de sílice disponible. Puede usarse directamente para infusiones o decocciones, pero en mayor cantidad (aproximadamente 4-5 veces más que si fuera seca).
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Fermentado (purín de cola de caballo): Se obtiene dejando la planta fresca en agua durante varios días hasta que fermenta. Tiene usos más amplios como bioestimulante y fortalecedor general. Aunque también tiene cierto efecto fungicida, es menos potente que el extracto hervido y más difícil de conservar.
Cada versión puede adaptarse según el tipo de planta que se desee tratar, la disponibilidad de materia prima y la finalidad concreta del tratamiento.
Elaboración: decocción estabilizada
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Tritura ligeramente la planta seca o fresca para facilitar la extracción de principios activos.
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Remoja en frío la planta durante 12-24 horas en el agua. Esto rehidrata los tejidos y mejora el aprovechamiento del silicio.
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Pasado ese tiempo, lleva la mezcla a ebullición lenta durante 20-30 minutos, sin tapa.
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Retira del fuego, deja reposar hasta enfriar completamente.
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Cuela con un paño o filtro fino para retirar todos los restos sólidos.
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Vierte el extracto en botellas limpias y bien cerradas, preferiblemente de vidrio oscuro.
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Etiqueta con fecha y contenido.
Esta decocción que has fabricado podrás emplearlo en todo tipo de plantas, desde cultivos en el huerto como tomateras, hasta árboles frutales, cítricos, etc. Recuerda que puedes usarlo también como preventivo y estimulante, por lo que no tienes por qué esperar a ver los primeros indicios de hongos para aplicar este preparado.
Precauciones para su correcta preparación
La efectividad del extracto de cola de caballo depende mucho de cómo se prepara. Un pequeño descuido puede inutilizar el tratamiento. Toma nota de estas recomendaciones:
No hiervas demasiado la planta
Aunque se usa una decocción suave, hervirla en exceso (más de 30 minutos a fuego alto) puede degradar sus principios activos, sobre todo el silicio, que es clave en su acción antifúngica.
No usar agua del grifo con cloro
El agua clorada puede alterar la composición del extracto o matar las bacterias beneficiosas si se desea fermentar. Siempre que sea posible, usa agua de lluvia, destilada o reposada 24 horas.
No macerar por más de 24 horas
En algunos casos, se cree que dejar la planta en el agua antes o después de hervirla la hace más potente. Pero si se deja demasiado tiempo, puede empezar a fermentar y perder propiedades.
No mezclar con productos inadecuados
Evita combinar el extracto con productos alcalinos o con cobre, ya que pueden generar reacciones químicas no deseadas. Si quieres usarlo junto a otros fitosanitarios, haz una prueba previa en pequeña cantidad.
Cuidado con los utensilios
Los recipientes donde prepares y conserves el extracto deben ser de plástico alimentario, vidrio o acero inoxidable, y estar bien limpios. Evita el aluminio o hierro, que pueden oxidarse y contaminar la mezcla.
No utilizar plantas contaminadas
Si la cola de caballo proviene de zonas con contaminación (carreteras, cultivos fumigados, suelos pobres), puede contener metales pesados o residuos tóxicos. Lo ideal es recolectar de zonas limpias o comprar cola de caballo ecológica certificada.
¿Cómo conservar el extracto de cola de caballo?
Una vez filtrado, el extracto de cola de caballo debe conservarse correctamente para evitar fermentaciones o pérdidas de eficacia:
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Almacenamiento en frío: Lo ideal es guardar el preparado en el frigorífico, en botellas bien cerradas, durante un máximo de 15 a 21 días.
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Botellas opacas o de vidrio oscuro: Esto protege al extracto de la luz, que puede degradar sus principios activos.
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Añadir conservantes naturales: Algunas personas añaden unas gotas de vinagre de manzana, ácido cítrico o incluso alcohol de uso alimentario (al 5%) para alargar la vida útil sin comprometer la naturalidad del producto.
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Evita envases metálicos o sucios: El extracto puede reaccionar con ciertos metales o contaminarse fácilmente si el envase no está limpio y seco.
Un extracto bien conservado, aunque tiene un olor algo fuerte al tratarse de un preparado de plantas, no debe tener un olor putrefacto. Si notas burbujeo, mal olor o cambio de color, es mejor descartarlo. En Bioky nos cuidamos bien de que el producto entregado sea lo más fresco posible, fabricado recientemente y almacenado en las mejores condiciones, ahorrándote el proceso de fabricación y almacenaje del producto. Listo para aplicar.